Le Quotidien Jurassien: el diario suizo acelera con fuerza su transición digital con su particular ‘Big Bang’

Imagen principal: Sébastien Voisard, propietario de Le Quotidien Jurassien, hace una presentación en un evento de antiguos participantes de Table Stakes Europe.

Recientemente, el editor francófono ha rediseñado por completo su web y actualizado las operaciones de su redacción para apuntalar el proceso de transformación digital. Al renovar los canales digitales y agilizar los flujos de trabajo de la redacción el medio ha dado un importante impulso a las suscripciones digitales.


Publisher bio: El editor de noticias suizo Le Quotidien Jurassien fue fundado en 1993 tras la fusión de los periódicos Le Pays y Le Démocrate. Con sede en Delémont, en el cantón noroccidental suizo del Jura (80.000 habitantes), el medio tiene una circulación en papel de más de 17.000 ejemplares, en torno a 1.000 suscriptores digitales y una redacción formada por una treintena de periodistas.


Actualmente, Le Quotidien Jurassien tiene un sitio web atractivo y moderno que combina contenido de pago y gratuito, está presente de forma activa en redes sociales como Facebook e Instagram y publica un boletín matutino diario. Si bien todo lo anterior puede parecer lo habitual para muchos editores, se trata de algo relativamente novedoso para Le Quotidien Jurassien. Al principio de este año, a ojos de los demás era un medio centrado en el papel con un sitio web desfasado y todo el contenido cerrado tras el muro de pago.

Lo que muchos no sospechaban es que entre bambalinas Le Quotidien Jurassien había estado trabajando muy duro en la planificación y desarrollo de su nuevo sitio web así como en los flujos de trabajo necesarios para soportarlo desde 2019, cuando el propietario de esta pequeña cabecera familiar decidió que había llegado el momento de que la empresa diera un importante paso al frente para transformar su negocio del papel al mundo digital.

Hasta entonces, este medio en lengua francesa radicado en el cantón noroccidental suizo del Jura, se había centrado de forma prioritaria en su producto en papel. Tenían un sitio web, por supuesto, pero llevaba años sin ser retocado y todo su contenido se publicaba detrás del muro de pago. También tenían una edición digital que replicaba la versión impresa y una aplicación.

“Tuvimos muchos problemas técnicos”

“Era una exportación de nuestro sistema informático a nuestro sitio web, pero la calidad era muy pobre,” confiesa Sébastien Voisard, propietario de Le Quotidien Jurassien. “Tenía muchísimos problemas técnicos. Los artículos no estaban disponibles en abierto, de manera que tenías que estar suscrito para poder leerlos. Nos limitábamos a exportar a las cinco de la madrugada la versión del papel, y punto. No realizábamos ninguna actualización durante el día ni publicábamos nada los fines de semana, con lo cual el producto ofrecido se quedaba muy cojo. En ocasiones, no incluía imágenes. Estamos hablando, en resumen, de una solución muy rudimentaria e insuficiente,” explica Voisard.

En 2019, en el marco de un evento organizado por WAN-IFRA en París, Voisard oyó hablar de la inminente edición europea del programa Table Stakes, por aquel entonces un programa realizado en EE.UU. para ayudar a los editores de noticias locales a transformar su negocio al mejorar su forma de interactuar con sus audiencias.

Tras enviar su candidatura y recibir el visto bueno para su participación, el equipo de Le Quotidien Jurassien se sumó a otros trece editores europeos en la primera edición de Table Stakes Europe, que comenzó en otoño de 2019.

Muchos de los otros editores participantes en el programa ya habían arrancado su viaje de transformación digital en sus respectivas empresas y se encontraban en distintas etapas de implantación o ajuste. A diferencia de ellos, para el equipo de Le Quotidien Jurassien, Table Stakes Europe representó realmente el inicio del viaje.

“Estábamos realmente al inicio”

“Por aquel entonces, llevábamos unos dos años pensando en nuestra presencia digital en la web,” destaca Voisard. “Al ser una empresa pequeña, no sabíamos realmente cómo empezar ni qué hacer para desarrollar los distintos elementos.”

“En este sentido, Table Stakes fue de gran ayuda porque nos aportó una estructura y una metodología, algo fundamental para nosotros porque estábamos realmente al inicio del proceso en comparación con los otros trece colegas de nuestro primer grupo de Table Stakes. Éramos claramente quienes más lejos estábamos de la meta,” subraya.

En vista de ello les asaltaban, como es lógico, multitud de dudas, por ejemplo, por dónde debían empezar exactamente y cómo. Otra gran incertidumbre era cómo atajar los muchos aspectos técnicos implicados en una transformación de esta naturaleza y resolver dichos escollos.

“No sabíamos, por ejemplo, si debíamos desarrollar el sistema informático y el CMS a nivel interno. O si debíamos hacer algo en WordPress. O si debíamos delegárselo a un tercero,” explica Voisard. “Pasamos por todo tipo de fases diferentes. Y lo cierto es que nos llevó un tiempo plantearnos estas preguntas y después ponerlas a prueba, contrastarlas y consultar a otros colegas para ver cómo lo hacían ellos. Finalmente, al cabo de un año, nos encontrábamos ya a medio camino.”

Dado que aún les quedaba recorrido para alcanzar su objetivo, Voisard preguntó a los coordinadores de Table Stakes Europe si podían continuar en el programa un año más.

“Al principio nos dijeron que no era posible porque no había plazas disponibles. Pero un par de semanas más tarde un participante se descolgó y fue entonces cuando se pusieron en contacto para nosotros para decirnos que tenían una plaza a nuestra disposición si nos interesaba participar en la segunda ronda. Y nuestra respuesta, como no podía ser de otra forma, fue afirmativa.”

Cómo comunicar los procesos y objetivos

Aproximadamente un año antes del lanzamiento de su nuevo sitio web, los colegas de Le Quotidien Jurassien más directamente implicados en el programa Table Stakes Europe crearon un equipo de diez personas al que se referían como “los Pioneros” y cuyos integrantes pertenecían a distintas secciones del periódico. Su labor no era otra que ayudarles a informar sobre el proceso en el que estábamos todos inmersos y los objetivos del mismo.

“Creamos un grupo de diez personas de todas las secciones de la redacción para compartir el proceso,” explica Rémy Chételat, Editor Jefe de Le Quotidien Jurassien. “Estas personas estuvieron implicadas en la transición –el proceso– durante aproximadamente un año.”

La redactora digital Amélie De Tomi, miembro clave del equipo de Table Stakes de Le Quotidien Jurassien, nos aporta más detalles: “Celebrábamos dos reuniones al mes con los Pioneros. Eran conversaciones muy abiertas en las que hablábamos largo y tendido sobre distintos temas y nos esforzábamos por compartir las enseñanzas de Table Stakes para que la gente pudiera entender realmente lo que estábamos haciendo y por qué.”

Si bien tanto Chételat como De Tomi destacan que los Pioneros figuraban entre las personas más motivadas de la redacción, el resto del personal, como cabría esperarse, aceptaba de distinto grado los nuevos cambios.

“Evidentemente había cierto miedo al cambio. Siempre ocurre lo mismo: todo cambio asusta. Por eso hay que tranquilizar a la gente,” afirma De Tomi.

“Teníamos un poquito de todo,” continúa. “Algunos llevaban mucho tiempo esperando a que se produjera este cambio mientras que otros se mostraban más escépticos. Pero al final, como dice Remy, ‘Todos íbamos a estar inmersos en el mismo viaje. Algunos correrían, otros caminarían, pero todos llevaríamos las mismas zapatillas y seguiríamos el mismo rumbo.’”

Empezar cuanto antes: menos compartimentos estancos y más plazos

Uno de los grandes cambios para la redacción de Le Quotidien Jurassien, que integra una treintena de periodistas, es que su jornada comienza hoy más temprano.

“Empezamos muy pronto por la mañana,” explica De Tomi. “Los más madrugadores arrancan a las 5:30 con el boletín y los primeros cambios en los titulares.”

“Podemos decir que la redacción trabaja menos en compartimentos estancos. Ahora somos más abiertos, hay más comunicación entre nosotros y estamos más integrados,” añade Chételat.

Además, el equipo de la web, que antes no existía, lo componen en la actualidad tres personas, apunta De Tomi.

En el pasado, matiza Chételat, los periodistas recibían sus encargos durante la reunión matutina de la redacción y después redactaban sus artículos durante la tarde.

“Ahora es diferente. Recibes la información, redactas tu artículo y lo subes a la web. Ha cambiado por completo la forma de organizarnos el día porque antes comíamos y después nos sentábamos a escribir.”

El trabajo técnico de Le Quotidien Jurassien entre bambalinas también ha sido objeto de una transformación de gran calado que ha pasado por distintas iteraciones e incluye la introducción de una nueva herramienta de planificación denominada “Conductor,” que ha sido desarrollada internamente por el equipo de informática en colaboración con el proveedor de su CMS. La herramienta ayuda a la redacción a coordinar y hacer un seguimiento del progreso de los artículos, desde su asignación, redacción y edición hasta dónde y cuándo serán publicados en su versión digital y en papel.


Una captura de pantalla de la herramienta de planificación “Conductor” de Le Quotidien Jurassien.

“La herramienta es la referencia,” subraya Chételat. “Es la Biblia de la redacción; nos ayuda a gestionar el contenido tanto de la web como del periódico en papel.”

El Big Bang: el día del lanzamiento

El 23 de marzo de 2022, Le Quotidien Jurassien lanzó su sitio web completamente rediseñado, publicó la primera edición de su nuevo boletín diario (que se envía a las 6:30 de lunes a viernes) e hizo su primera aparición en redes sociales, concretamente en Facebook e Instagram, plataformas en las que anteriormente no había estado presente. Todos estos desarrollos se lanzaron el mismo día.

Trascurridas varias semanas desde el gran día, Voisard, Chételat y De Tomi no ocultan su orgullo por lo que el personal de Le Quotidien Jurassien ha logrado y se muestran muy satisfechos con los primeros comentarios que están recibiendo.

“La gente ha identificado de inmediato la diferencia entre lo que hacíamos antes y lo que hacemos ahora,” indica Chételat.

“Los resultados son positivos,” añade De Tomi. “Estamos muy satisfechos con los resultados y con el sitio web. Este nuevo cambio en la redacción es realmente positivo para nosotros.”

“No le veo ningún aspecto negativo,” dice De Tomi, “excepto el cambio [en general] porque a veces provoca miedos. Pero estamos muy felices de estar presentes en esta nueva era. Lo llamamos el ‘Big Bang’ porque verdaderamente ha creado una nueva atmósfera y una nueva vida para la redacción.”

Los precios de las suscripciones reflejan la apuesta por el valor del periódico digital

Junto con el feedback positivo y la buena onda generalizada, el número de suscripciones que se está registrando es incluso superior al previsto.

Los suscriptores pueden elegir entre distintas ofertas, véanse, la suscripción mensual, trimestral, semestral o anual. Existe también un paquete que incluye la entrega del periódico en papel y el acceso digital.

Voisard explica que la suscripción al paquete completo está siendo muy popular y que es la modalidad que más ha crecido durante los últimos dos años.

Aunque infrecuente entre los editores, la postura de Le Quotidien Jurassien siempre ha sido que las noticias digitales debían tener un precio alineado con lo que se cobra por el periódico en papel.

“Desde el inicio, hace diez o quince años, cuando empezamos con la aplicación con la réplica del papel, éramos uno de los periódicos con precios más elevados,” explica Voisard. “Todos nuestros homólogos apostaron por precios muy bajos, algo que para nosotros era una equivocación. Nuestra posición fue la contraria, con uno de los precios más altos del mundo digital. Para que se hagan a la idea, nuestro producto en papel rondaba los 360 francos al año (unos 354 euros) y la réplica digital los 240 francos anuales (aproximadamente 236 euros). Hemos aumentado el precio del producto digital y ahora nuestro periódico en papel asciende a 399 francos al año (unos 392 euros) y nuestro producto digital 327 francos (322 euros). Y lo cierto es que nos está funcionando bien. Nadie nos ha dicho: ‘Es demasiado caro’”.

Voisard sostiene que fijar un precio más alto para la suscripción digital es algo que le recomendaron otros editores que participaron en Table Stakes Europe, que le advirtieron de lo siguiente: ‘Ten cuidado. La gente tiende a fijar precios demasiado bajos para la versión digital y al final se traslada la impresión de que la oferta digital apenas aporta valor.’ Y no es así,” explica, “porque hay mucho trabajo detrás y aporta un servicio genuino al lector.”

“Hemos registrado un incremento del 20 al 30%. Teníamos cifras bajas, pero creo que en los últimos tres años empezamos con unas 1.000 suscripciones y ahora tenemos del orden de 2.000, de manera que hemos duplicado el número de suscriptores.”

En lo que respecta al nuevo sitio web, el objetivo es vender 200 nuevas suscripciones digitales de aquí a marzo de 2023. Un mes después de su lanzamiento, ya han logrado un cuarto de su objetivo.

“Evidentemente, son suscripciones en periodo de prueba y de oferta especial así que lo tenemos que seguir muy de cerca pero tenemos un índice de renovación del 60 por ciento. Es aún muy pronto, pero creemos que es un inicio bastante prometedor.”

El siguiente paso: compartir métricas significativas

Hasta la fecha, algo que no ha hecho aún Le Quotidien Jurassien es compartir las métricas y datos que recopilan a través de su nuevo sitio web con sus periodistas, aunque están en ello, explica De Tomi.

“Estamos todavía esperando a estar seguros de lo que tenemos pues no queremos compartir información imprecisa. Queremos compartir algunas métricas y hacerlo de forma inteligente, con cabeza, no simplemente aportando datos y diciéndoles a los compañeros: ‘Mira, tu artículo ha conseguido 3.000 clics.’”

“No queremos ser una redacción obsesionada con los clics. Nuestro objetivo es generar contenido diverso, garantizar su calidad, reflejar una diversidad de voces, ofrecer en definitiva muchos contenidos diferentes, y sabemos que el hecho de que un artículo no genere muchos clics no significa que no sea bueno. No queremos que los redactores piensen en esos términos.”